Limpieza de Deudas Emocionales


Diciembre es un mes cargado de energía positiva, ya sea porque es la época de celebración y festejo en familia o porque energéticamente, ponemos en práctica la intención de renovarnos, de mejorar, de cerrar ciclos, etc. Por esto, solemos revisar nuestras metas cumplidas en el año transcurrido y tomar consciencia de las nuevas metas que queremos alcanzar. Sin embargo, para cerrar ciclos y continuar con nuestro aprendizaje, es necesario no sólo enfocarnos en las transformaciones de nuestro mundo exterior, también es necesario revisar y actualizar nuestro avance en cuanto a nuestro mundo interior, y las emociones forman parte de él.

Así pues, para iniciar el nuevo año totalmente renovados, te sugiero prestar atención a este tema.

Principalmente ¿Qué es una deuda emocional?

Una deuda emocional es un sentimiento de deber hacia otra persona, es una carga que inicia a través de la creencia inconsciente de que tienes que pagar por los favores concebidos... Me refiero a lo que va más allá de lo material. Si alguien nos presta dinero, es natural y justo que lo devolvamos, y luego de devolver el dinero, es también natural sentir gratitud, pero a veces confundimos gratitud con deber, entonces es cuando nos atamos a otras personas y actuamos desde el "tener que cumplir", sin darte cuenta de que realmente la deuda ya está saldada.

No sé si te has visto envuelto/a en situaciones como:

"Pedro me ha ayudado tanto, ahora que me está pidiendo esto ¿Cómo podría decirle que no?"
Y cumples con la petición, porque lo debes. A la larga la relación termina convirtiéndose en una carga continua y mutua. Pero ¿realmente te sientes libre de decir que no?

Cuando no somos capaces de vernos a nosotros mismo, no vemos tampoco los pequeños actos que hacemos por los demás. Llega un momento en el que te ves obligado a cumplir con "deberes", que te restan libertad, sobre todo si aplicas este proceder con todas las personas en tu entorno. Y no acaba allí, si no vemos la capacidad y el potencial en nosotros, tampoco lo podremos distinguir en los otros.

No se trata de no hacer favores, tampoco se trata de no recibir ayuda. Se trata de transformar esa creencia de que "para recibir algo, tengo que dar algo a cambio", porque entonces estarás condicionando la ayuda que puedas dar a los demás y los demás a ti. 

Lo ideal sería, dar sin esperar a cambio ningún sentimiento, sin esperar que esa persona a la estás ayudando, tenga a cambio una consideración emocional contigo. Esto puede sonar radical para algunos, aún así, te pregunto, ¿si prestas ayuda para recibir una emoción grata a cambio, no estarías "comprando el amor" o la gratitud o el cariño de esa persona?

Dar sin esperar nada a cambio, es por excelencia el lema de la navidad. Sin embargo, muchas veces, hacemos favores esperando poder cobrarlos cuando nos sea necesario.

La historia sería diferente si equitativamente pudiéramos darle valor a nuestro proceder sin minimizarlo o engrandecerlo:

"Pedro me ha ayudado y yo lo he ayudado a él. Le agradezco desde el corazón, no le debo nada y él a mi"

Es importante tomar consciencia de que si esa es una creencia internalizada en nosotros, sólo nos conseguiremos con personas que tengan y apliquen esa misma creencia, las atraeremos con el fin de que nos sirvan como ejemplo, como un espejo de nuestra conducta. Recuerda que como es adentro, es afuera.

También es necesario evaluar si tenemos una visión de nosotros mismos a través de la compasión o a través del miedo. Cuando nos visualizamos a través del miedo solemos sentir lástima por nosotros mismos, eso se traduce a pensamientos como: "Si yo pudiera hacer tal o cual cosa", "si fuera capaz de alcanzar tal o cual meta por mi cuenta". Al pensar de esa manera rechazamos y bloqueamos nuestra divinidad, nuestro ser superior.

Cuando tenemos una visión compasiva de nosotros mismo, tenemos pensamientos acerca de nosotros más como: "Quiero alcanzar esta meta y es todo un reto, tal vez haya dificultades, pero yo sé que puedo lograrlo", "Yo soy capaz de alcanzar muchas cosas buenas".

La verdad es que somos merecedores de todo lo bueno que nos pueda suceder, sin siquiera darnos cuenta, estamos ya haciendo un servicio a quienes nos rodean con el sólo hecho de existir, porque como lo dije antes, todas nuestras acciones sirven de ejemplo para los demás.

Y a medida que cambies esa creencia inicial, también tu entorno cambiará. Te sentirás más ligero/a, y lo notarás porque físicamente las deudas emocionales se pueden somatizar en dolores de espalda o cabeza por la acumulación de estrés y tensión.

La gratitud es un sentimiento que engrandece al ser, no lo limita y no ancla. Fluye y deja fluir, es decir, libérate y libera de deberes emocionales a los demás, nadie te debe y no le debes a nadie. Haz un buen uso de la gratitud, no una prisión. Recuerda quien da, con el sólo acto de dar, ya está recibiendo.

Por lo general existen muchos actos simbólicos que pueden ayudarte con esta limpieza, uno de ellos es la tradicional carta de peticiones y deseos emocionales para el espíritu de la navidad, que luego de ser leída es quemada en símbolo de transmutación. Si eres un poco escéptico y no crees en rituales, te digo que una de las características del inconsciente es que se maneja a través de símbolos, por lo que a través de los actos simbólicos podrías superar bloqueos que tengan efecto sobre tu realidad y se desarrollen a nivel del inconsciente.

Te invito a evaluar si tienes ese sentimiento de deber hacia otra persona y transformar tus creencias, a demás de aprovechar la energía decembrina para limpiar esas deudas emocionales, pidiendo asistencia a la energía sagrada.

Te deseo una feliz navidad y un próspero año nuevo.

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